miércoles, 29 de agosto de 2007

Hoy me quise emborrachar y no pude.
Quería enfermar, no ir al trabajo,
soñar todo el día contigo
mientras la gente pasara por mi puerta sin llamar,
pero el alcohol me sabe a agua sin ti.

Estas letras simples no valen nada,
tírate por la ventana.
No hay rima aquí,
subete al noveno piso y tírate.
Descansa.

Deja de creer en ti, te sentirás mejor.
Aléjate de la esperanza, que no te queme más.
Estás hecho para no estar,
no me digas lo contrario.
Estás enamorado de la chica equivocada.

Deja que la chispa se apague, te sentirás mejor.
Si no la puedes apagar, te quemarás y eso duele.

Si esa chispa no quemara...
si sólo fuera una metáfora.
Si sólo fuera una metáfora, ¿qué haces aquí?

La chica está enamorada del viento,
y el viento no apaga mi chispa.
La metáfora es un coche y un avión y luego un taxi,
y ya estás con la chica,
y el parque se empieza a incendiar.

Si por un momento... si por un momento...
Si por un momento pudiera levantarme, dejar de escribir

martes, 7 de agosto de 2007

Queda una chispa que puede incendiar todo el bosque y convertirlo en vapor rojo que suba hasta condensarse en una nube gris.
El gris puede que se vuelva blanco y el blanco puede que se comprima en una línea fina que azote el cielo.
Entonces la nube quizá deje de contener su respiración y sus colores: la lluvia caería sobre el bosque quemado y nacerían abetos alrededor de la chispa.
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Quizá, puede, quizá, puede. Todo quizá puede que dependa de cómo estas manos encajan en las tuyas.